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Cómo la industria automotriz está definiendo la adopción del audio inmersivo

El Tercer Espacio Acústico

La cabina del automóvil ya no es solo un medio de transporte: es un tercer espacio acústico, un entorno con un valor propio para experiencias sonoras de alta fidelidad, distinto del hogar y del lugar de trabajo. Inspirado en Ray Oldenburgel concepto de Third Place, el vehículo funciona como un refugio temporal: un espacio íntimo donde los usuarios consumen contenido, escuchan música o realizan llamadas sin interferencias externas.

Los viajes individuales suelen durar entre 30 y 45 minutos como mínimo, y los desplazamientos diarios pueden superar las tres horas en áreas urbanas densamente pobladas. Esta extensión temporal consolida la cabina como un espacio personal.

La electrificación, al reducir radicalmente el ruido del motor, abre nuevas posibilidades de escucha. Combinada con la cancelación activa de ruido (ANC) y tecnologías avanzadas de procesamiento digital de señal (DSP), permite la creación de entornos sonoros altamente controlados. Cada ocupante puede integrar sus dispositivos y servicios de streaming como si llevara un estudio portátil en movimiento.

Hoy, las principales marcas automotrices conciben la cabina como un entorno acústico y narrativo autónomo, donde cada usuario es una audiencia cautiva. Las tecnologías de audio espacial desarrolladas por empresas como Dolby, Sony, Fraunhofer, y Dirac—capaces de reproducir sonido tridimensional y controlar la localización de las fuentes—están transformando el diseño del vehículo y la experiencia del usuario. Este cambio es significativo: redefine la ingeniería acústica y el futuro profesional de ingenieros de audio, diseñadores de sonido y artistas sonoros, quienes deben integrar acústica, control, confort, funcionalidad y seguridad dentro de un único ecosistema.

Con la llegada de los vehículos autónomos, la cabina se concibe como un centro de entretenimiento digital donde convergen los videojuegos, el streaming y el consumo de medios. En este escenario, el diseño sonoro deja de ser un accesorio y se convierte en un componente estratégico de la experiencia de viaje.

Durante décadas, la industria automotriz se centró en NVH (Noise, Vibration, Harshness) → ruido, vibración y aspereza (NVH): reducir el ruido, las vibraciones y la aspereza para mejorar el confort. Hoy, el paradigma ha cambiado. Ya no se trata solo de suprimir el sonido, sino de diseñarlo: crear un espacio donde el oído ocupe el lugar central y el automóvil se convierta en un entorno inmersivo con su propio lenguaje acústico.

Ecosistema Automotriz de Audio Inmersivo

El audio inmersivo avanza en la industria automotriz desde los segmentos de lujo y los vehículos eléctricos, donde ya funciona como un nuevo símbolo de estatus tecnológico. Su adopción no depende únicamente de los altavoces o el software: implica una red interdependiente de fabricantes, empresas de DSP, calibradores acústicos, desarrolladores de sistemas de infoentretenimiento y plataformas de streaming.

Los nombres líderes en este nuevo mercado son Lucid Motors, Mercedes-Benz, y Cadillac, cada uno con una estrategia distinta.

  • El Lucid Air, con su sistema Surreal Sound Pro y una arquitectura de 21 altavoces, destaca a Dolby Atmos como su principal insignia tecnológica, ofreciendo un rendimiento inmersivo que complementa el lujo de sus modelos, con precios que van de 77.400 a 169.000 USD.

  • Mercedes-Benz, en cambio, integra completamente el sonido inmersivo: Dolby Atmos no es un complemento opcional, sino una parte nativa del sistema MBUX en modelos como el EQS, la Clase S y el EQE. Esta integración optimiza el procesamiento de audio espacial según la acústica de cada cabina, convirtiendo el sonido en un elemento central del diseño y la identidad de la marca.

  • Cadillac se centra en la experiencia emocional: sus nuevos vehículos eléctricos, como el OPTIQ 2025 y el Escalade 2026, utilizan configuraciones 7.1.4, con siete altavoces envolventes, un subwoofer y cuatro canales de altura, ofreciendo una experiencia sonora tridimensional que la marca describe como “un concierto privado sobre ruedas”.

Detrás del marketing, la integración del audio inmersivo presenta un desafío estratégico que condiciona su adopción. Cada fabricante realiza el procesamiento multicanal de manera nativa dentro de su propio sistema operativo—MBUX en Mercedes, GM’s infotainment, software propietario en Lucid, lo que les otorga control total sobre la ruta de la señal. Este enfoque distingue el audio inmersivo automotriz de soluciones externas como CarPlay o Android Auto: el procesamiento interno garantiza coherencia espacial y fidelidad tonal, convirtiendo la cabina en un entorno sonoro diseñado desde la ingeniería, no desde el dispositivo.

El ecosistema de audio inmersivo automotriz se estructura en varias capas interdependientes:
  • En el núcleo se encuentran los fabricantes (OEM), quienes definen la estrategia de la marca y su identidad sonora.

  • En la segunda capa operan los proveedores de tecnología de audio: Dolby, Dirac, Fraunhofer, Sony 360 Reality Audio, Sennheiser Mobility, Arkamys, Harman, y Bang & Olufsen—responsables de los algoritmos de espacialización, la calibración de altavoces y el control dinámico de zonas.

  • Los proveedores de nivel 1 (Tier 1), que incluyen Faurecia Clarion Electronics, Pioneer, y Panasonic Automotive, integran físicamente los sistemas, optimizando la ubicación de los altavoces, la respuesta en frecuencia y la cancelación de resonancias.

  • Finalmente, las plataformas de streaming—Apple Music, Tidal, Amazon Music, Spotify—ofrecen catálogos inmersivos, ajustando la codificación y los metadatos para cumplir con los requisitos de cada fabricante.

Dentro de este marco, Mercedes-Benz mantiene su liderazgo gracias a su asociación con Apple Music, convirtiéndose en la primera marca en ofrecer audio espacial con Dolby Atmos de manera nativa fuera del ecosistema Apple. Los sistemas Burmester 4D y 3D, integrados en MBUX, se incluyen en modelos de ultra lujo como el Maybach, EQS, EQE y Clase S, con actualizaciones por aire que garantizan la compatibilidad con los estándares más recientes. Desde diciembre de 2023, los modelos Clase E y CLE Coupé con MBUX de tercera generación incluyen Amazon Music en Dolby Atmos, ampliando la oferta a catálogos tridimensionales de música, podcasts y audiolibros.

General Motors, en cambio, aplica un modelo de monetización híbrido. En Cadillac, el acceso a Dolby Atmos requiere una doble suscripción: una al servicio de conectividad OnStar®—planes Core por ocho años y planes One por tres—y otra a un servicio de streaming compatible, como Amazon Music o Tidal, con planes premium desde 34,99 USD al mes. Este enfoque permite a GM controlar la experiencia postventa y generar ingresos recurrentes vinculados al consumo de audio.

Al mismo tiempo, nuevos actores están remodelando el panorama acústico automotriz. Lucid Motors se destaca con su sistema Surreal Sound Pro; Hyundai Motor Group integra Dolby Atmos en la línea Genesis 2024; y Rivian lo implementa en su R1 Premium Audio. Además, empresas como Sennheiser Mobility colaboran con los fabricantes para desarrollar experiencias específicas—por ejemplo, las creadas para CUPRA utilizando la tecnología Ambeo Mobility—mientras que Dirac introduce sistemas de control acústico comparables a las “salas de control” de estudios profesionales dentro del interior del vehículo.

Este ecosistema de alianzas—Mercedes con Apple Music, Cadillac con Amazon/Tidal, Lucid con Spotify/Tidal—refleja un modelo fragmentado pero estratégicamente controlado, donde el audio inmersivo se convierte en un territorio de diferenciación y posicionamiento de marca. En lugar de una estandarización global, cada fabricante desarrolla su propio lenguaje sonoro, su propio entorno de escucha y su propia narrativa acústica.

En consecuencia, el tipo de vehículo que elige un usuario ya no determina únicamente cómo se desplaza, sino también el paisaje sonoro al que pertenece. Cada marca diseña su propio universo acústico, controlando todo, desde la arquitectura del sonido hasta las plataformas de acceso al contenido.

Esta convergencia de movilidad, entretenimiento y algoritmos de fidelización transforma la escucha en una forma de consumo orientado a la identidad: el sonido deja de ser un medio libre y se convierte en una experiencia curada y codificada dentro de los límites establecidos por cada fabricante. De este modo, el automóvil no solo ofrece una experiencia inmersiva, sino que también establece una nueva economía de la escucha, donde el oído se privatiza, se basa en suscripciones y se gestiona como parte del ecosistema corporativo de movilidad conectada.

Implicaciones

Para nosotros—productores, ingenieros y diseñadores de sonido—el audio inmersivo en la industria automotriz presenta un escenario complejo. Por un lado, ofrece posibilidades técnicas y narrativas sin precedentes: espacialización precisa, mezcla personalizada y experiencias inmersivas en entornos controlados. Por otro lado, nos enfrenta a un mercado fragmentado y cerrado, donde el acceso a la audiencia depende de los fabricantes, las suscripciones y las plataformas propietarias. El sonido deja de ser un espacio para la experimentación libre y se convierte en un producto curado, regulado por intereses corporativos.

Repensar el audio inmersivo desde nuestra práctica requiere ir más allá de la técnica y la narrativa: exige analizar cómo están estructurados los modelos de consumo y distribución del sonido. La autonomía creativa y profesional está en juego en un ecosistema que segmenta, codifica y monetiza cada experiencia sonora.

Si la industria automotriz definirá la dirección del audio en los próximos cinco años, esto representa tanto un desafío como una oportunidad: explorar nuevas herramientas, formatos y contenidos inmersivos, y posicionarnos activamente para que las reglas corporativas no dicten lo que se escucha ni cómo se experimenta el sonido. Nuestra responsabilidad como creadores, técnicos e ingenieros es cuestionar, innovar y decidir conscientemente cómo intervenir en un entorno auditivo cada vez más estructurado y controlado.

Esto requiere dos estrategias clave.

Primero, adquirir un entendimiento amplio de las posibilidades inmersivas sin depender de marcas dominantes como Dolby, que actualmente controlan gran parte del mercado, incluyendo recursos de código abierto y plataformas emergentes, y promover activamente estas alternativas.

Segundo, aplicar técnicas y formatos de los nuevos actores del mercado, no solo de los establecidos, para evitar quedar constreñidos por un modelo dominante que limita la creatividad y convierte el audio inmersivo en un lujo elitista. Nuestro objetivo debe ser ampliar el acceso, preservar la autonomía profesional y garantizar que el sonido siga siendo un espacio de experimentación y de relevancia para audiencias diversas.

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